miércoles, 28 de diciembre de 2011

2012


Hermanos/as frutales, reciban bendiciones de luz:


Cada año hacemos nuevos propósitos y a mayor o menor medida nos comprometemos a realizarlos por determinado tiempo. Pues bien, favor de incluir la fruta como uno de sus propósitos tangibles, claro, al lado de los intangibles como el del amor y el de la sinceridad. 


Verán que incrementando la ingesta y el disfrute de nuestras amigas las frutas podrán tener el mejor combustible para cumplir los demás propósitos, aumentarán su vibración humana y atraerán situaciones muy benéficas; les comparto esto por experiencia, en una frase: "La fruta deja".

Estas son unas bonitas fotos que tomé en el 2011 y que no había mostrado en otras entradas: 














Y una del futuro de mi investigación en 2012, entre otros temas (bueno yo no tengo cámara Kirlian, así que esta foto no es mía)

Abriendo paradigmas: ¿Ahora qué piensan de la energía en las frutas? 

¡Feliz término del 2011 y comienzo del 2012!
Frutalmente, Guimo.







martes, 13 de diciembre de 2011

Hambre Verdadera


Bendiciones amigos/as frutales, aquí la continuidad de los tipos de hambre:

El hambre verdadera viene si el comensal se alimenta con alimentos verdaderos e identificables por nuestro paladar; si la persona no puede comerlos desde la primera oportunidad (que no le guste la fruta madura y fresca) es porque su instinto está adormecido y su sentido del gusto desubicado (pero se puede limpiar, recuperando así la habilidad para sentir placer por comer fruta… este es el proceso del que tanto escribo y hablo para llegar al Placer Frutal/ Estado Frutal). Les aseguro que cuando uno come una abundante cantidad de fruta fresca, madura, de temporada y muy dulce, lo único que va a querer es continuar hasta estar satisfecho/a y no por eso creará adicción por este alimento paradisiaco pues no produce efectos estimulantes como los alimentos procesados mencionados en la entrada anterior. Ahora sí, sobre el hambre verdadera que se divide en dos:

1)   Hambre calórica.  Es una de las dos manifestaciones de “hambre verdadera”; ocurre cuando estamos gastando más energía calórica que la que ingerimos debido a nuestras actividades diarias y surge como una sensación de aviso para comer más cantidad de alimentos. Ocurre sólo cuando nos alimentamos de manera natural, fresca y limpia, es decir, cuando cumplimos la ingesta para la que estamos diseñados, con frutas y vegetales en excelentes condiciones y sin aditivos. Es difícil saber cuándo parar de comer si la comida tiene sustancias estimulantes como especias y cualquier tipo de sales. Comiendo frutas y vegetales frescos podemos saber cuánto debemos ingerir respecto a la cantidad de energía (carbohidratos simples como suministro ideal –es decir frutas-). Es importante notar: esta hambre no se caracteriza por los movimientos intestinales a los que estamos acostumbrados antes de decidir volver a comer, pues estas reacciones del cuerpo son manifestaciones de que: “el trabajo está terminado (lo cual no indica específicamente la necesidad de volver a comer)” o también pueden ser señales de que algo anda mal en la digestión (sobre todo si hay gas o incluso dolor). Esta hambre verdadera sí se caracteriza cuando nos sentimos carentes de energía a pesar de haber comido la calidad sugerida, dormido bien y suficiente, estar activos y alegres y estando bien hidratados; sentirnos débiles en este caso indica hambre verdadera por la poca cantidad de fruta (Debemos comer entre 2,000 y 3,000 kilocalorías de frutas si somos personas con actividades tranquilas o moderadas y a eso agregarle, si es necesario, que casi siempre lo es: un ciento de kilocalorías de vegetales verdes orgánicos).

2)   Hambre verdadera de nutrientes: Se experimenta cuando los diferentes procesos metabólicos que desempeñamos día a día requieren de los componentes específicos para seguir realizando sus funciones: ejemplos, el aminoácido metionina para empezar reacciones protéicas, el zinc, para la asimilación de carbohidratos, la vitamina K para la cicatrización de las paredes celulares, etc. Es muy sencillo: cuando experimentamos hambre verdadera por nutrientes es por la carencia de los mismos en el organismo; un ejemplo muy común es la compulsión que muchas personas tienen por la sal, ya que cada vez que reciben un plato de ensalada, sopa, guarniciones o “plato principal” recurren indiscriminadamente al salero o al sobre de sal aún sin probar la comida… ¿por qué? Aparte de la adicción por el efecto estimulante de la sal, es porque sus cuerpos les indican falta de minerales y es un intento desesperado por obtenerlos de donde sea, aunque definitivamente no los obtendrán de la sal de mesa (cloruro de sodio al 98%, un compuesto no solo carente de nutrientes sino tóxico y retenido en el cuerpo como material incógnito de difícil desalojo).

La persona que es capaz de atender abundantemente un antojo de fruta, por ejemplo de mango, se está encaminando por la vía de la higiene intestinal. Sin embargo, comer un solo tipo de fruta, si esta carece considerablemente de algún nutriente, puede producir cierta hambre verdadera por nutrientes. Ejemplo, comer puras naranjas convencionales (no tan nutritivas como las orgánicas o las biodinámicas) durante semanas y en cantidades insuficientes para cubrir los nutrientes necesarios, digamos sólo unas 15 al día, hará que el cuerpo después de varios días produzca la sensación de hambre por nutrientes, específicamente Selenio, Manganeso, Sodio y Vitaminas E y K. Así, al comer sólo una fruta cultivada con métodos poco respetuosos con la naturaleza y poco nutritivos, sentiremos este tipo de hambre hasta completar nuestras necesidades (con 10 naranjas no orgánicas se completan muchos requerimientos, pero se necesitan otras 30 para satisfacer los picos de los nutrientes difíciles que naturalmente están limitados en dicha fruta –así como cada alimento tiene algunos nutrientes limitados aunque abunde en otros-). Existen frutas tropicales como la Chirimoya, que si se cultiva orgánicamente, puede cubrir la mayoría de los nutrientes y energía con cantidades moderadas y quizá incluso ser un alimento completo y perfecto si son de la mejor calidad expresable en este planeta Gaia. Mientras conseguimos esa perfección, tengamos criterio amplio y consideremos que variedad es nutrición, cada fruta sola por comida y en cantidades abundantes o hasta destinar un día a cada fruta cuando es temporada, pero variando los tipos (lunes de mango, martes de melón, miércoles de banana, jueves de naranja, viernes de chirimoya, sábado de pitaya y domingo de uvas –o domingo de ensalada de vegetales verdes orgánicos con frutas estilo vegetal como el tomate, la calabacita, el aguacate [uno mediano máximo] y el pepino amarillo [que es el que está maduro], o bien, domingo de ayuno).

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Una anécdota respecto a los nutrientes: he sabido de primera fuente –pues conozco a las personas de las que escribo- que los ojos de algunos/as frutarianos/as muy avanzados/as incluso cambian de tonalidad e incrementan su capacidad para ver colores intensos como el rojo, el anaranjado y el amarillo, pues los caroteniodes de las frutas se manifiestan así, brillando tremendamente y nuestra especie por diseño puede ver una gran cantidad de colores y más aún, puede intensificar su recepción luminosa para adaptarse y comer los mejores frutos y así cumplir con la diseminación natural de las semillas (esto es incuestionable, pues así estamos determinados por nuestro diseño natural, ya que tenemos todas las características anatómicas y fisiológicas de acuerdo con nuestra clasificación mastozoológica –biología de mamíferos-, como especie diseminadora de semillas en simbiosis mutualista –la planta gana y el comensal diseminador gana-). El color frutal mantiene correspondencia entre la fruta y su comensal, o como dicen los sabios místicos: "lo que es adentro es afuera", en este caso, lo que manifiesta la fruta desde su ser, también se manifiesta en el alegre degustador frutal. 

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Más aún existe una manifestación específica de hambre verdadera que se da cuando estamos en completo reposo y en cierto punto de un proceso de ayuno y otra hambre defensiva (aparentemente es protectora, pero en realidad es nociva y difícil de aceptar por el individuo) relacionada con el proceso de desintoxicación aunado a una dieta purificativa (o ayuno). De esto escribiré en la próxima entrada.

A distinguir los tipos de hambre, los matices de los colores de las frutas y a amar a todo el mundo J
Frutalmente, Guimo.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Alimentos Higiénicos




Hola amantes de los alimentos naturales, de la fruta y de la limpieza del cuerpo y mente, reciban un caluroso saludo y muchas bendiciones:

Cuando hablo y escribo sobre higiene en la alimentación me refiero específicamente, a lo relativo al término francés hygiène y que en el diccionario de la Real Academía Española se determina como: “Parte de la medicina que tiene por objeto la conservación de la salud y la prevención de enfermedades”; pero haciendo la aclaración de que para mi, y la mayoría de los frutarianos y especialistas en la Higiene Natural, la higiene no es una “parte de la medicina” sino la manera de conservarse natural y óptimamente con diversas practicas saludables y por medio de energía y nutrientes de los alimentos para no necesitar medicina; así que de la definición citada sólo tomo textual: “conservación de la salud y la prevención de enfermedades” y agrego: “maximización de las capacidades humanas de manera natural y atendiendo a las causas de la salud”.

Higiene no es carencia de organismos patógenos (dañinos) en el cuerpo, sino la capacidad del cuerpo de mantener el equilibrio para no atraer a estas formas de vida. Así como los mosquitos viven en los charcos, los virus son felices y proliferan en los cuerpos enfermos con las condiciones adecuadas para mantenerlos. Los virus/ bacterias y “gérmenes” no causan la enfermedad, más bien viven a expensas de ella en los seres que, sin quererlo, son huéspedes bien acondicionados para ellos. La higiene también consiste en imponerse sobre cualquier hábito dañino que vaya contra el instinto humano, por eso la alimentación hoy en día es un tema importante.

Sin embargo, no me detendré en la Higiene Natural en su totalidad, ni en su historia o personajes (son temas inconmesurables), pues en este punto interesa la higiene específica a la alimentación aplicada en la diferenciación de los tipos de hambre. Más bien esta es información a manera de preámbulo para la  siguiente entrada: “El Hambre Verdadera”. Con esta información conoceremos los criterios básicos sobre el hambre instintiva que le beneficia a nuestra especie humana.


Alimento listo para comer Tal Cual Es: Delicioso, Nutritivo y Energético

Un ejemplo de lo contrario: una hamburguesa con docenas de ingredientes ajenos a la química humana presentes sólo en la carne, y aparte las docenas de compuestos extraños que están en el pan y los aderezos grasos y todos los aditivos estimulantes en forma de sales, causa confusión a las papilas gustativas, enzimas gástricas y sistema en general por no poder asimilar dichos compuestos y provocan interferencia (suciedad en el cuerpo, de ahí la falta de higiene). Entonces ocurre el efecto que llamo: “No sé si tengo más hambre, pero quiero más” y después puede ocurrir la subsecuente frase que dicen más los niños que los adultos: “¡Ayyy, me duele y creo que no quiero comer de esto nunca más!” o la frase más dramática: “no comeré nunca más”. La última vez que lo dije de verdad, dejé de comer papas a la francesa y salsa cátsup (kétchup) durante 10 años tras un atracón de papas con ¼ (unos 70 ml) del contenido del bote de la “salsa de tomate” comí muchas más de las que podía digerir “fácilmente” y todo por no poder distinguir cuándo parar de comer por los efectos estimulantes de los aditivos en esa acidificante salsa y por la confusión que provocan los alimentos fritos como esas papas. Los alimentos verdaderos no son adictivos ni causan confusión o que los comamos hasta saturarnos; sino que nos satisfacen y proporcionan al cuerpo muchos elementos para mantenerlo en salud, fortificarlo y le sirven como elementos para sanar la enfermedad; además nos causan placer cuando estamos en sintonía con ellos, un placer mucho mayor que el supuestamente causado por la comida convencional,  que en lugar de “placer” ofrece “ilusiones sensoriales” que son insustentables porque trabajan en detrimento de la salud.

Continúa en la siguiente entrada que publicaré mañana 13 de diciembre 2011 (…)

Frutalmente, Guimo.

Nota: Espero dudas al respecto, ya sea aquí o en frutalvegetal@gmail.com, este tema es central para comprender la alimentación frutal y los lectores habituales de este blog ya tienen elementos suficientes para preguntar y criticar. Bueno también acepto bendiciones J

sábado, 10 de diciembre de 2011

Hambre Emocional


Hola amigos/as del Camino Frutal:


En la entrada anterior les comenté que les escribiría sobre los tipos de hambre clasificados de acuerdo a Don Bennett, un amigo y reconocido experto en salud enfocado a la alimentación frutal y vegetal. Bueno, aquí van dos de los cinco tipos de hambre, específicamente los referidos al instinto básico de las formas de vida: 1) Buscar el placer y 2) Evitar el dolor. Cuidado, si el instinto no está bien calibrado; es decir, que el organismo en cuestión no esté bien nutrido y que tenga procesos de digestión -y pensamiento-  tóxicos y deficientes, entonces el apetito natural e instintivo por alimentarse se convierte en un impulso -quizá desenfrenado- por comer y devorar lo primero que esté al alcance, y más aún, buscando lo que no es benéfico para la construcción del cuerpo y nocivo para sus procesos.




1 )     Hambre emocional para evitar el sufrimiento (para evitar el dolor): Se experimenta cuando el comensal intenta inconsciente o conscientemente prevenir los sentimientos fuertes y doloroso; ya que tanto para mantener un sentimiento (por ejemplo, ante una pérdida o situación trágica) como para digerir comida pesada es necesaria gran cantidad de energía nerviosa y en la mayoría de los casos solamente es posible que el cuerpo soporte uno de esos acontecimientos a la vez. En pocas palabras, muchas personas que tienen una enorme pena comen desenfrenadamente para trasladar la atención de la mente hacia la digestión. La solución más fácil que puedo recomendar ante este tipo de hambre por evasión es: que la persona en cuestión se mantenga activa utilizando gran parte de su energía en una de sus actividades o deportes favoritos, así podrá focalizarse y distraerse de sus malestares emocionales.

Salir al Jardín (o bien el arte de la Jardinería); hacer figuras frutales (y comerlas y compartirlas) o cualquier otro Arte y degustar la existencia, tomando el sol, respirando profundo y sonriendo a todos y todas; o bien haciendo deporte al aire libre son maneras de enfocarse en el deleite de la vida, en el largo viaje de placer y de dolor que nos hace crecer y madurar (Estado Frutal) en lugar de evadir nuestra realidad saturándonos de alimentos que nos sedan, nos entorpecen y nos adentran en la ilusión de que "no pasa nada"...

2 )    Hambre emocional para entrar en la zona de confort (para buscar el placer): La experimentamos cuando nos sentimos vulnerables ante cierta situación y como defensa nos vienen memorias de otros momentos reconfortantes que incluyen diversas imágenes y recuerdos de comida. Es común, por ejemplo, que recordemos las comidas procesadas que ingeríamos en las fiestas de diciembre o en las celebraciones de cumpleaños como formas de reafirmar  un pasado hermoso y lleno de vida, o que invoquemos la sopa especial de mamá cada vez que estamos resfriados. La mejor solución (y lo sabemos bien) es buscar a las personas que hicieron posibles esos momentos, pues lo que realmente queremos para reconfortarnos y animarnos es la experiencia de esos recuerdos y no precisamente la comida; es decir, que lo maravilloso de la fiesta fue la compañía y el factor decisivo en la sanación del cuerpo fue la presencia de los padres y no la comida procesada que ingerimos en esos momentos. Seamos valientes y pro-activos y abrasemos nuestro feliz pasado cada vez que lo necesitemos, pero desde la emociones y no desde la comida, que fue sólo un accesorio de esos recuerdos. Más aún, es necesario hacer nuevas asociaciones con los alimentos frutales y vegetales para que llegue un punto en nuestra historia en el que las memorias estén cargadas igualmente de amor, como de alimentos nutritivos y podamos ir más allá de la frase: “se me antoja pollo asado como el que me comía de pequeño cuando había fiesta y todos estábamos juntos” para decir: “¡con qué alegría recuerdo las tardes de pic-nic-frutal con mi familia y amigos, pues todos estábamos reunidos y muy felices… qué placenteras fueron… pronto organizaré otras!” 




El Mayor Pic-Nic-Frutal de la Historia Contemporánea. Más de 8 días de abundante, rica y variada fruta orgánica en compañía de más de 170 seres de luz y frutas. Ahora, cuando me sienta solo (que no ocurre, pero supongamos), no diré: "me siento solo y necesito el 'caldito' (diminutivo de caldo o sopa)"; diré: "extraño el calor frutal de tan amables personas... huy, ya sólo por acordarme me siento feliz".

¡Un Pic-Nic-Frutal Norestense, YEY!



Bendiciones Frutales, Guimo